Frente a condiciones climatológicas adversas, cuando las cubiertas convencionales pierden adherencia, las cubiertas de invierno aumenta el control del vehículo y la movilidad, gracias a sus especiales características en compuestos de goma y escultura de la banda de rodadura. Proporcionan una mayor tracción, acortan la distancia de frenada respecto de los neumáticos convencionales, incrementan la seguridad en la trazada de las curvas en suelo húmedo y no penalizan las prestaciones cuando el piso está en buenas condiciones, y simplifican tremendamente la utilización del vehículo cuando se hace obligatorio circular con cadenas ya que son una alternativa legal que las evita.
La Comisión de Fabricantes de neumáticos, formada por Bridgestone, Continental, Goodyear, Michelin y Pirelli, ha puesto en marcha una iniciativa para promocionar el uso de los neumáticos de invierno como la opción más segura para conducir en los meses más fríos del año.
La Directora General de Tráfico, María Seguí, en apoyo de esa iniciativa, asumió la recomendación de los neumáticos de invierno en nombre de la administración del estado al considerarlos un progreso para la seguridad vial. En cualquier caso no se legislará sobre su obligatoriedad al estilo de buena parte de los países del norte de Europa, aunque los neumáticos de invierno son también una alternativa legal a las cadenas para circular sobre nieve.
Más del 90 % de los conductores del Viejo Continente opinan que los neumáticos juegan un papel determinante en la seguridad de sus vehículos. La importancia de los neumáticos cuando llega el invierno y baja la temperatura es todavía mayor.
Por esa razón, con la idea de fomentar la seguridad vial en las carreteras, disminuir el número de víctimas en accidente de tráfico y asegurar la movilidad, los fabricantes de neumáticos aconsejan el montaje de neumáticos de invierno durante los meses de climatología adversa.
Estas cubiertas, mediante los compuestos con los que están fabricados y el diseño de su banda de rodadura, superan ampliamente la eficacia de los neumáticos estándar cuando el termómetro baja de los 7ºC, ya sea sobre carreteras secas, mojadas, heladas, con barro o nieve.
Garantizan las principales cualidades que los conductores demandan a sus neumáticos, especialmente en los momentos que las condiciones de adherencia se complican: capacidad de tracción, control en todas las circunstancias y posibilidad de detenerse con seguridad.
Los neumáticos de invierno tienen cada vez mayor aceptación en Europa, donde suponen más del 30 % de las ventas totales. No obstante, en España esta cifra apenas representa el 3 %, pese a que su uso está legitimado por la ley y que en muchas regiones se dan las condiciones climatológicas y de orografía que hacen recomendable su utilización.
El motivo principal de esta situación es el desconocimiento de las prestaciones reales de los neumáticos invernales por parte del consumidor, que los asocia a un uso únicamente para carreteras nevadas.
Entre los que sí conocen sus ventajas, citan otros factores que complican su implantación, como la diferencia de precio entre un juego de neumáticos de invierno y uno de cadenas.
Recordemos que un neumático de invierno está diseñado principalmente para conseguir un rendimiento superior al de uno convencional en condiciones invernales. Esto quiere decir que brinda una mejor capacidad para iniciar el movimiento de un vehículo (tracción), mantener la trayectoria (adherencia) o detener el movimiento (frenada).
Se distinguen por tres características: banda de rodadura (más recortado y más profundo, para garantizar la máxima evacuación de agua), laminillas (entre seis y ocho veces superior a las de un neumático estándar) y compuesto de goma (más blando y flexible gracias a un mayor contenido de sílice).
La Directora General de Tráfico, María Seguí, en apoyo de esa iniciativa, asumió la recomendación de los neumáticos de invierno en nombre de la administración del estado al considerarlos un progreso para la seguridad vial. En cualquier caso no se legislará sobre su obligatoriedad al estilo de buena parte de los países del norte de Europa, aunque los neumáticos de invierno son también una alternativa legal a las cadenas para circular sobre nieve.
Más del 90 % de los conductores del Viejo Continente opinan que los neumáticos juegan un papel determinante en la seguridad de sus vehículos. La importancia de los neumáticos cuando llega el invierno y baja la temperatura es todavía mayor.
Por esa razón, con la idea de fomentar la seguridad vial en las carreteras, disminuir el número de víctimas en accidente de tráfico y asegurar la movilidad, los fabricantes de neumáticos aconsejan el montaje de neumáticos de invierno durante los meses de climatología adversa.
Estas cubiertas, mediante los compuestos con los que están fabricados y el diseño de su banda de rodadura, superan ampliamente la eficacia de los neumáticos estándar cuando el termómetro baja de los 7ºC, ya sea sobre carreteras secas, mojadas, heladas, con barro o nieve.
Garantizan las principales cualidades que los conductores demandan a sus neumáticos, especialmente en los momentos que las condiciones de adherencia se complican: capacidad de tracción, control en todas las circunstancias y posibilidad de detenerse con seguridad.
Los neumáticos de invierno tienen cada vez mayor aceptación en Europa, donde suponen más del 30 % de las ventas totales. No obstante, en España esta cifra apenas representa el 3 %, pese a que su uso está legitimado por la ley y que en muchas regiones se dan las condiciones climatológicas y de orografía que hacen recomendable su utilización.
El motivo principal de esta situación es el desconocimiento de las prestaciones reales de los neumáticos invernales por parte del consumidor, que los asocia a un uso únicamente para carreteras nevadas.
Entre los que sí conocen sus ventajas, citan otros factores que complican su implantación, como la diferencia de precio entre un juego de neumáticos de invierno y uno de cadenas.
Recordemos que un neumático de invierno está diseñado principalmente para conseguir un rendimiento superior al de uno convencional en condiciones invernales. Esto quiere decir que brinda una mejor capacidad para iniciar el movimiento de un vehículo (tracción), mantener la trayectoria (adherencia) o detener el movimiento (frenada).
Se distinguen por tres características: banda de rodadura (más recortado y más profundo, para garantizar la máxima evacuación de agua), laminillas (entre seis y ocho veces superior a las de un neumático estándar) y compuesto de goma (más blando y flexible gracias a un mayor contenido de sílice).
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